Publicada en 1847, contada en primera persona como la empleada de la casa y la institutriz de los niños, narra la historia del romance entre Catherine y Heathcliff. Empieza cuando el Señor Earnshaw (el padre de Catherine y Hyndley) sale de viaje a Liverpool, Catherine le pide un látigo para amaestrar a los caballos y Hyndley la pide un violín. Cuando regresa los hijos le pidieron regalos que la había pedido. Pero el señor Earnshaw les dijo que había traído un regalo de Dios. Les enseño a un pequeño niño gitano que estaba escondido en su saco. Después de unos instantes los niños le pidieron a su padre los regalos prometidos. Hyndley llega primero y encuentra un violín roto por los golpes del camino, y a Catherine su padre le dice que perdió su látigo por cuidar del niño. En cuanto el padre le dijo eso, Catherine arremetió contra el niño y le escupió en la cara. el padre la castigo y ella le pidió que lo votara de la casa, pero el padre no accedió. Esa noche, la empleada e institutriz de los niños (narradora), hizo que el niño recién llegado durmiera al pie de las escaleras. La señora Earnshaw suspendió a la señora por un mes.
Cuando regreso se entero de que al niño gitano le pusieron de nombre Heathcliff, y se dio cuenta que su relación con Catherine había mejorado mucho, porque el le hacia caso a ella en todo mientras jugaban, pero Hyndley lo odiaba desde el fondo del alma porque lo veía como el usurpador del legado de su padre. Se dieron cuenta de que Heathcliff era distinto a los niños de la casa, cuentan que se enfermo de viruela y el no se había quejado nunca (porque los otros dos niños siempre se quejaban cuando enfermaban. Pero luego se dieron cuenta de que el estaba acostumbrado a esos tratos, además nunca agradeció que lo curaran o el que le dieran un hogar en el que vivir. Cierto día el señor Earnshaw les regalo dos caballos a Heathcliff y Hyndley, Heathcliff solamente por querer el caballo mas hermoso, recibió un golpe de un bastón con el que le daba Hyndley. Nelly (la institutriz- empleada - narradora) le dijo que no dijera que los moretones que tenia eran causa de Hyndley, sino a causa de los caballos, porque Hyndley le iba a pegar mas. Pero a el no le importo mucho, solo le importo que ya tenia el caballo que quería. Y paso el tiempo y los niños crecieron, Hyndley y Heathcliff siempre se odiaron, pero el padre siempre defendia a Heathcliff. Catherine siempre tomaba el liderazgo en los juegos y tenia una risita burlona que siempre molestaba a su padre.
Pasaron mas años y cierto día el señor Earnshaw enfermo y todos se reunieron alrededor se su cama mientras el tosía una y otra vez. Ese día una terrible tormenta azoto a la casa. Catherine que estaba sentada en la cama y había puesto la cabeza de su padre sobre sus rodillas. Ella le empezó a cantar a su padre una canción de cuna, mientras ella cantaba los dedos del señor Earnshaw se soltaron de su mano y Nelly le dijo que ya no cantara, cuando se dio cuenta le pidió a Catherine y a Heathcliff que se fueran a dormir, Catherine le dio un abrazo antes de irse y después se alejo y se dio cuenta de que ya estaba muerto y ella junto a Nelly y Heathcliff se pusieron a llorar. Luego Nelly se fu a buscar a un doctor para que diera el veredicto final. Después de que se fue el doctor se acerco al cuarto en el que estaban Catherine y Heathcliff ellos estaban hablándose y dándose consuelo.
Hyndley fue al funeral después de que había estado de viaje, y la sorpresa fue de todos los criados y de su hermana, al ver que tenia esposa. Desde que lego les dijo a los empleados que se quedaran en la cocina que el y su esposa se iban a encargar de la casa y le ordeno a Heathcliff que trabajara al aire libre en las cosas de la granja.
Cierta noche Catherine y Heathcliff desparecieron y nadie sabia de ellos, Hyndley salio a buscarlos a caballo y no tuvo resultados. En la noche muy tarde llego Heathcliff y les contó que había ido con Catherine a la granja de los tordos donde vivían los Linton, porque la había mordido el perro de la familia, la cuidaron bien pero le dijeron a Heathcliff que se fuera, el se reuso pero Edgar Linton lo amenazo con azotarlo. Catherine se quedo por tres semanas mas, cuando regreso a su casa en Cumbres Borrascosas y cuando llego el que la recibió fue su hermano Hyndley. Cuando llego lo primero que Catherine quería hacer era ver a Heathcliff, pero ella lo vio todo desanimado y sucio y ella cuando trata de ayudarlo el se niega y le grita. Al día siguiente Heathcliff y Nelly se ponen a conversar, Nelly le cuenta a Heathcliff que Catherine se había pasado toda la noche llorando, y Heathcliff dice que el también lloro. Le dice que el tenia mas motivo para llorar, Nelly le dice que el era orgulloso y que ese tipo de gente sufría mas, y lo que debía hacer era pedirle una disculpa a Catherine por lo que había hecho. Pero Heathcliff le cambio el tema y le dijo que Edgar Linton estaba tratando de enamorarla, Nelly le dijo que el era mejor que Edgar Linton, pero Heathcliff le dijo que el no llegaría a ser lo que es Edgar linton porque el es rico y de mayor clase social. El le dijo que lo pensaría pero poco tiempo después el le hecho un balde de agua caliente a Edgar Linton porque creyó que se estaba burlando, Hyndley lo castigo encerrándolo y Catherine le llevo sus comidas en donde estaba hasta que lo liberaron. Mientras durante el tiempo en el que estaba encerrado Catherine se estaba viendo mas seguido con Edgar Linton.
Cierto día Heathcliff le dice a Catherine que el se ve mas con Edgar Linton que con el. Catherine le dijo que no le gustaba estar con el porque siempre era callado y aburrido, en cuanto le dijo esto el se marcho furiosos. Despues llego el señor Edgar Linton. Catherine le dice a Nelly que se marche y estuvieron conversando largo rato. Mas tarde Heathcliff se encontro con Nelly y le dijo que quería destruir a Hyndley y a Edgar Linton, poraque queria vengarse y despues se fue. Al pasar por la ventana del cuarto en donde estaba miro que Catherine se acercaba y se agacho para escuchar la conversacion. Catherine le dice que estaba triste, Nelly le pregunta porque, si es que a ella siempre le daban todo lo que queria. Ella le cuenta que Edgar linton le habia propuesto matrimonio y le pregunto si era lo correcto (antes de contarle lo que respondio). Ella le dice que debia rechazarlo porque siempre se burlaba de el. Pero ella lo habia aceptado, Nelly le pregunta a Catherine si lo amaba y ella le dice que si porque era buen mozo, agradable y en especial era rico, y ella iba a ser la mujer mas rica de todas. Luedo le pregunta que como lo amaba, y ella le responde que todo lo que lo rodea. Luego le pregunta que porque lo ama, Nelly le dice que si era por los motivos que le dijo que amaba a Edgar Linton, porque no buscaba a otro hombre con sus caracteristicas, que si los buscaban los encontraban. Luego ella le dice que en el fondo de su corazon ella cree que esta equivocada. Le cuenta que ella quiere estar con Heathcliff, pero que ella se degradaria sii se casara con el. Nelly se acerco a la ventana y ve que alguien se acababa de ir. Luego Catherine le dice que ella amaba mas a Heatcliff porque se parecia mas a ella, Edgar y ellla eran distintos. Luego Nelly le cuenta de la posible presencia de Heathclif atras de la ventana, despues de eso Catherine sale a buscarlo y ya era muy tarde, porque Heathcliff ya se habia ido.
Y se caso Catrine con Edgar Linton, se fueron a vivi a la granja de los tordos (el hogar de Egar), llevandose a Nelly. Su matrimonio fue muy problematico, siempre habian discuciones entre la pareja y siempre iba Catherine a llorar a Nelly, aunque a veces Nelly le daba la razon a Edgar. Pero cierto dia mientras Catherimey Edgar cenaban. Nelly subio con prisa a avisarles. Catherine se emociono y Edgar no lo quizo recibir. atherine bajo para recibirlo y Edgar para poder ver su amena conversacion le siguio. mientras tomaban el te, Catherine tomo a Heatcliff por las manos y se lo llevo a un rincon. Catherine le dijo que al dia siguiente no iba a creer lo que estaba viviendo en ese momento. Ademas le pregunto que porque no se habia comunicado con ella. El le conto que despues de ese momento iba a vengarse de Hyndly, pero el verla le hizo cambiar de opinion. Edgar llamo a Catherine, cuando terminaron Heathcliff se fue. Catherine esa noche no durmio, porque le conto a Edagr sbre como veia a Heatcliff. Bajo a hablar con Nelly. Ella le dijo que no hablara de Heatcliff en frente de Edgar. Heath cliff sigui visitando a Catherine, cierta vez le dijo que ella le habia tratado mal. En otro dia Edgar le pregunto que el hecho de que se viera distraida y desconcentrada era porque amaba al pobre diablo de Heatcliff , ella le dijo que si le volvia a llamar asi ella se tiraba del acantillado y si el era un pobre diablo ella tambin lo era, le dijo que no queria saber mas de el. Despues de eso Catherine empezo a salir constantemente por los cerros desabrigada. Hasta que se enfermo, con el tiempo se fue empeorando, cierto dia le llego una carta y era de Heathcliff. Decia que estaba en el jardin y que queria verla, hicieron que entre. En cuanto entro, Heatcliff se le acerco y la abrazo y la beso, le confeso su amor, se despidio y se fue. Se cruzo con Edgar Linton y discutieron un rato. Esa misma noche Catherine murio.
A continuacion un capitulo entero de "Cumbres Borrascosas" :
capitulo XXVI:
Al comenzar el estío, Eduardo, aunque de mala gana, accedió a que los primos se entrevistasen. Salimos Cati y yo. El día era bochornoso y sin sol, mas no amenazaba lluvia. Nos habíamos citado en el jalón de la encrucijada. Pero no encontramos a nadie allí. Llegó a corto rato un muchachito y nos dijo que el señorito Linton estaba un poco mas allá y que nos agradecería muchísimo que nos acercásemos algo más.
-El señorito Linton -repuse- ha olvidado que su tío puso como condición que las entrevistas fueran en terrenos de la «Granja».
-Podemos hacerlo -dijo Cati-viniendo hacia aquí cuando nos encontremos.
Le vimos a un cuarto de milla de su casa, tumbado sobre los matorrales. No se levantó hasta que estuvimos muy cerca de él. Nos apeamos y él dio unos pasos hacia nosotras. Estaba tan pálido y parecía tan débil, que no pude por menos de exclamar:
-¡Pero, señorito Linton, hoy no está usted para pasear! Me parece que se encuentra usted muy malo.
Cati le miró, asombrada y entristecida, y la bienvenida que le preparaba se convirtió en una pregunta de si se hallaba peor que otras veces.
-Estoy mejor -respondió él, sofocándose y temblando mientras le cogía la mano como en busca de apoyo y fijaba en ella sus ojos azules.
-Entonces es que has empeorado desde la última vez que te vi -insistió su prima-. Estás mucho más delgado...
-Es que estoy cansado -repuso el joven-. Sentémonos, hace demasiado calor para pasear. Suelo encontrarme mal por las mañanas. Mi padre dice que es que estoy creciendo muy deprisa.
Cati se sentó, descontenta, y él se acomodó a su lado.
-Esto se parece al paraíso que tú anhelabas -dijo la joven, esforzándose en bromear-. ¿No te acuerdas de que convinimos en pasar dos días, uno como a ti te gustaba y otro como me agradaba a mí? Lo de hoy es tu ideal, aparte de que hay nubes, pero eso resulta aún más bonito que el sol... Si la semana que viene te encuentras bien, iremos a caballo al parque de la «Granja» y pondremos en práctica mi concepto del paraíso.
Se advertía que Linton no recordaba nada de lo que ella le decía y que le costaba mucho trabajo mantener una conversación. Demostraba tal falta de interés, en cuanto ella le mencionaba, que Cati no podía ocultar su desilusión. La volubilidad del joven que, con mimos y caricias, solía dejar lugar al afecto, se había convertido ahora en una apatía total. En lugar de su desgana infantil de antes, se apreciaba en él el pesimismo amargo del enfermo incurable que no quiere ser consolado y que considera insultante la alegría de los demás. Catalina reparo que el consideraba nuestra compañía más como un castigo que como un placer, y no vaciló en proponer que nos marcháramos. Linton, al oírlo, cayó en una extraña agitación. Miró horrorizado en dirección de las «Cumbres» y- nos rogó que permaneciéramos con él media hora más.
-Yo creo -dijo Cati- que en tu casa te encontrarás mejor que aquí. Hoy no te entretienen mi conversación, ni mis canciones... En estos seis meses te has hecho más formal que yo. Claro que si creyese que eso te divertía, me quedaría contigo con mucho placer.
-Quédate algo más, Cati -dijo el joven-. No digas que estoy mal, ni lo pienses. Es el calor y el bochorno que me abruman. Antes de llegar tú, he andado mucho. No digas al tío que me encuentro mal. Dile que estoy bastante bien. ¿Lo harás?
-Le diré que me lo has dicho así, Linton. Pero no puedo asegurarle que estés bien -dijo, extrañada, la señorita.
-Ven a verme el jueves, Cati -murmuró él, esquivando su mirada-. Y dale muchas gracias al tío por haberte dejado venir. Y, mira... Si encuentras a mi padre, no le digas que he estado taciturno, porque se enfadaría...
-No me importa que se enfade -repuso Cati, creyendo que el enfado sería solamente hacia ella.
-Pero a mí sí -contestó, estremeciéndose, su primo-. No hagas que se enfade conmigo, Cati, porque le temo.
-¿Así que es severo con usted, señorito? -intervine yo- ¿De modo que se ha cansado de ser tolerante?
Linton me miró en silencio. Inclinó la cabeza sobre el pecho y durante diez minutos le oímos suspirar.
Cati se entretenía en coger arándanos y los repartía conmigo, sin ofrecerle a él por no enojarle.
-¿Ha transcurrido ya la media hora, Elena? -me preguntó Cati al oído-. Yo creo que no debemos quedarnos más. Linton se ha dormido y papá nos espera.
-Tenga usted paciencia hasta que se despierte -respondí-. ¡Qué prisa tiene en irse! Tanta como impaciencia tenía usted por encontrarle.
-¿Para qué quería verme Linton? -contestó Catalina-. Yo preferiría que estuviese como antes, a pesar de su mal humor de entonces. Me da la impresión de que me quiere ver únicamente por complacer a su padre.
Y no me agrada venir por complacer a éste. Me alegro de que Linton esté mejor, pero me desagrada que se haya hecho menos afectuoso para conmigo.
-¿Usted cree que está mejor? -pregunté.
-Me parece que sí -respondió-, porque ya sabes cuánto le gustaba exhibir sus sufrimientos. No es que esté tan bien como me ha rogado que diga a papá, pero debe estar mejor.
-A mí me parece, señorita --contesté-, que está mucho peor.
Linton despertó en aquel momento sobresaltado y preguntó si alguien le había llamado por su nombre.
-No -dijo Cati. Debes haberlo soñado. No comprendo cómo puedes dormirte en el campo por la mañana.
-Me pareció oír a mi padre -dijo él-. ¿Estás segura de que no me ha llamado nadie?
-Segura en absoluto -dijo su prima-. Únicamente hablamos Elena y yo acerca de ti. Dime, Linton: ¿Estás en realidad más fuerte que en el invierno? Porque si lo estás, es bien seguro que me quieres menos... Anda, dime: ¿estás mejor?
Linton rompió en lágrimas al contestar.
-Sí...
Y seguía mirando a un lado y a otro, bajo la obsesión de la voz de Heathcliff.
Cati se puso en pie.
-Tenemos que marcharnos -le afirmó- y me voy muy decepcionada. Pero a nadie se lo diré. No te figures que por miedo al señor Heathcliff.
-¡Cállate! -murmuró Linton-. Mira, allí está.
Cogió el brazo de Cati y quiso retenerla, pero ella se soltó presurosamente de él y llamó a Minny, que acudió enseguida.
-El jueves volveré, Linton -gritó-. ¡Adiós! ¡Vamos, Elena!
Y nos fuimos. Él casi no reparó en ello, tanta era la preocupación que le producía la llegada de su padre.
En el camino Cati sintió, en lugar del disgusto que la había invadido, una especie de compasión y sentimiento, combinado con dudas sobre las verdaderas circunstancias mentales y materiales en que se hallaba Linton. Yo participaba de ellas, pero le aconsejé que reservásemos nuestro juicio hasta la siguiente entrevista. El señor nos pidió que le contáramos lo sucedido. Cati se limitó a transmitirle la expresión de la gratitud de su sobrino refiriéndose muy por encima a lo demás. Yo la imité, porque en verdad no sabía qué decir.
Cuando regreso se entero de que al niño gitano le pusieron de nombre Heathcliff, y se dio cuenta que su relación con Catherine había mejorado mucho, porque el le hacia caso a ella en todo mientras jugaban, pero Hyndley lo odiaba desde el fondo del alma porque lo veía como el usurpador del legado de su padre. Se dieron cuenta de que Heathcliff era distinto a los niños de la casa, cuentan que se enfermo de viruela y el no se había quejado nunca (porque los otros dos niños siempre se quejaban cuando enfermaban. Pero luego se dieron cuenta de que el estaba acostumbrado a esos tratos, además nunca agradeció que lo curaran o el que le dieran un hogar en el que vivir. Cierto día el señor Earnshaw les regalo dos caballos a Heathcliff y Hyndley, Heathcliff solamente por querer el caballo mas hermoso, recibió un golpe de un bastón con el que le daba Hyndley. Nelly (la institutriz- empleada - narradora) le dijo que no dijera que los moretones que tenia eran causa de Hyndley, sino a causa de los caballos, porque Hyndley le iba a pegar mas. Pero a el no le importo mucho, solo le importo que ya tenia el caballo que quería. Y paso el tiempo y los niños crecieron, Hyndley y Heathcliff siempre se odiaron, pero el padre siempre defendia a Heathcliff. Catherine siempre tomaba el liderazgo en los juegos y tenia una risita burlona que siempre molestaba a su padre.
Pasaron mas años y cierto día el señor Earnshaw enfermo y todos se reunieron alrededor se su cama mientras el tosía una y otra vez. Ese día una terrible tormenta azoto a la casa. Catherine que estaba sentada en la cama y había puesto la cabeza de su padre sobre sus rodillas. Ella le empezó a cantar a su padre una canción de cuna, mientras ella cantaba los dedos del señor Earnshaw se soltaron de su mano y Nelly le dijo que ya no cantara, cuando se dio cuenta le pidió a Catherine y a Heathcliff que se fueran a dormir, Catherine le dio un abrazo antes de irse y después se alejo y se dio cuenta de que ya estaba muerto y ella junto a Nelly y Heathcliff se pusieron a llorar. Luego Nelly se fu a buscar a un doctor para que diera el veredicto final. Después de que se fue el doctor se acerco al cuarto en el que estaban Catherine y Heathcliff ellos estaban hablándose y dándose consuelo.
Hyndley fue al funeral después de que había estado de viaje, y la sorpresa fue de todos los criados y de su hermana, al ver que tenia esposa. Desde que lego les dijo a los empleados que se quedaran en la cocina que el y su esposa se iban a encargar de la casa y le ordeno a Heathcliff que trabajara al aire libre en las cosas de la granja.
Cierta noche Catherine y Heathcliff desparecieron y nadie sabia de ellos, Hyndley salio a buscarlos a caballo y no tuvo resultados. En la noche muy tarde llego Heathcliff y les contó que había ido con Catherine a la granja de los tordos donde vivían los Linton, porque la había mordido el perro de la familia, la cuidaron bien pero le dijeron a Heathcliff que se fuera, el se reuso pero Edgar Linton lo amenazo con azotarlo. Catherine se quedo por tres semanas mas, cuando regreso a su casa en Cumbres Borrascosas y cuando llego el que la recibió fue su hermano Hyndley. Cuando llego lo primero que Catherine quería hacer era ver a Heathcliff, pero ella lo vio todo desanimado y sucio y ella cuando trata de ayudarlo el se niega y le grita. Al día siguiente Heathcliff y Nelly se ponen a conversar, Nelly le cuenta a Heathcliff que Catherine se había pasado toda la noche llorando, y Heathcliff dice que el también lloro. Le dice que el tenia mas motivo para llorar, Nelly le dice que el era orgulloso y que ese tipo de gente sufría mas, y lo que debía hacer era pedirle una disculpa a Catherine por lo que había hecho. Pero Heathcliff le cambio el tema y le dijo que Edgar Linton estaba tratando de enamorarla, Nelly le dijo que el era mejor que Edgar Linton, pero Heathcliff le dijo que el no llegaría a ser lo que es Edgar linton porque el es rico y de mayor clase social. El le dijo que lo pensaría pero poco tiempo después el le hecho un balde de agua caliente a Edgar Linton porque creyó que se estaba burlando, Hyndley lo castigo encerrándolo y Catherine le llevo sus comidas en donde estaba hasta que lo liberaron. Mientras durante el tiempo en el que estaba encerrado Catherine se estaba viendo mas seguido con Edgar Linton.
Cierto día Heathcliff le dice a Catherine que el se ve mas con Edgar Linton que con el. Catherine le dijo que no le gustaba estar con el porque siempre era callado y aburrido, en cuanto le dijo esto el se marcho furiosos. Despues llego el señor Edgar Linton. Catherine le dice a Nelly que se marche y estuvieron conversando largo rato. Mas tarde Heathcliff se encontro con Nelly y le dijo que quería destruir a Hyndley y a Edgar Linton, poraque queria vengarse y despues se fue. Al pasar por la ventana del cuarto en donde estaba miro que Catherine se acercaba y se agacho para escuchar la conversacion. Catherine le dice que estaba triste, Nelly le pregunta porque, si es que a ella siempre le daban todo lo que queria. Ella le cuenta que Edgar linton le habia propuesto matrimonio y le pregunto si era lo correcto (antes de contarle lo que respondio). Ella le dice que debia rechazarlo porque siempre se burlaba de el. Pero ella lo habia aceptado, Nelly le pregunta a Catherine si lo amaba y ella le dice que si porque era buen mozo, agradable y en especial era rico, y ella iba a ser la mujer mas rica de todas. Luedo le pregunta que como lo amaba, y ella le responde que todo lo que lo rodea. Luego le pregunta que porque lo ama, Nelly le dice que si era por los motivos que le dijo que amaba a Edgar Linton, porque no buscaba a otro hombre con sus caracteristicas, que si los buscaban los encontraban. Luego ella le dice que en el fondo de su corazon ella cree que esta equivocada. Le cuenta que ella quiere estar con Heathcliff, pero que ella se degradaria sii se casara con el. Nelly se acerco a la ventana y ve que alguien se acababa de ir. Luego Catherine le dice que ella amaba mas a Heatcliff porque se parecia mas a ella, Edgar y ellla eran distintos. Luego Nelly le cuenta de la posible presencia de Heathclif atras de la ventana, despues de eso Catherine sale a buscarlo y ya era muy tarde, porque Heathcliff ya se habia ido.
Y se caso Catrine con Edgar Linton, se fueron a vivi a la granja de los tordos (el hogar de Egar), llevandose a Nelly. Su matrimonio fue muy problematico, siempre habian discuciones entre la pareja y siempre iba Catherine a llorar a Nelly, aunque a veces Nelly le daba la razon a Edgar. Pero cierto dia mientras Catherimey Edgar cenaban. Nelly subio con prisa a avisarles. Catherine se emociono y Edgar no lo quizo recibir. atherine bajo para recibirlo y Edgar para poder ver su amena conversacion le siguio. mientras tomaban el te, Catherine tomo a Heatcliff por las manos y se lo llevo a un rincon. Catherine le dijo que al dia siguiente no iba a creer lo que estaba viviendo en ese momento. Ademas le pregunto que porque no se habia comunicado con ella. El le conto que despues de ese momento iba a vengarse de Hyndly, pero el verla le hizo cambiar de opinion. Edgar llamo a Catherine, cuando terminaron Heathcliff se fue. Catherine esa noche no durmio, porque le conto a Edagr sbre como veia a Heatcliff. Bajo a hablar con Nelly. Ella le dijo que no hablara de Heatcliff en frente de Edgar. Heath cliff sigui visitando a Catherine, cierta vez le dijo que ella le habia tratado mal. En otro dia Edgar le pregunto que el hecho de que se viera distraida y desconcentrada era porque amaba al pobre diablo de Heatcliff , ella le dijo que si le volvia a llamar asi ella se tiraba del acantillado y si el era un pobre diablo ella tambin lo era, le dijo que no queria saber mas de el. Despues de eso Catherine empezo a salir constantemente por los cerros desabrigada. Hasta que se enfermo, con el tiempo se fue empeorando, cierto dia le llego una carta y era de Heathcliff. Decia que estaba en el jardin y que queria verla, hicieron que entre. En cuanto entro, Heatcliff se le acerco y la abrazo y la beso, le confeso su amor, se despidio y se fue. Se cruzo con Edgar Linton y discutieron un rato. Esa misma noche Catherine murio.
A continuacion un capitulo entero de "Cumbres Borrascosas" :
capitulo XXVI:
Al comenzar el estío, Eduardo, aunque de mala gana, accedió a que los primos se entrevistasen. Salimos Cati y yo. El día era bochornoso y sin sol, mas no amenazaba lluvia. Nos habíamos citado en el jalón de la encrucijada. Pero no encontramos a nadie allí. Llegó a corto rato un muchachito y nos dijo que el señorito Linton estaba un poco mas allá y que nos agradecería muchísimo que nos acercásemos algo más.
-El señorito Linton -repuse- ha olvidado que su tío puso como condición que las entrevistas fueran en terrenos de la «Granja».
-Podemos hacerlo -dijo Cati-viniendo hacia aquí cuando nos encontremos.
Le vimos a un cuarto de milla de su casa, tumbado sobre los matorrales. No se levantó hasta que estuvimos muy cerca de él. Nos apeamos y él dio unos pasos hacia nosotras. Estaba tan pálido y parecía tan débil, que no pude por menos de exclamar:
-¡Pero, señorito Linton, hoy no está usted para pasear! Me parece que se encuentra usted muy malo.
Cati le miró, asombrada y entristecida, y la bienvenida que le preparaba se convirtió en una pregunta de si se hallaba peor que otras veces.
-Estoy mejor -respondió él, sofocándose y temblando mientras le cogía la mano como en busca de apoyo y fijaba en ella sus ojos azules.
-Entonces es que has empeorado desde la última vez que te vi -insistió su prima-. Estás mucho más delgado...
-Es que estoy cansado -repuso el joven-. Sentémonos, hace demasiado calor para pasear. Suelo encontrarme mal por las mañanas. Mi padre dice que es que estoy creciendo muy deprisa.
Cati se sentó, descontenta, y él se acomodó a su lado.
-Esto se parece al paraíso que tú anhelabas -dijo la joven, esforzándose en bromear-. ¿No te acuerdas de que convinimos en pasar dos días, uno como a ti te gustaba y otro como me agradaba a mí? Lo de hoy es tu ideal, aparte de que hay nubes, pero eso resulta aún más bonito que el sol... Si la semana que viene te encuentras bien, iremos a caballo al parque de la «Granja» y pondremos en práctica mi concepto del paraíso.
Se advertía que Linton no recordaba nada de lo que ella le decía y que le costaba mucho trabajo mantener una conversación. Demostraba tal falta de interés, en cuanto ella le mencionaba, que Cati no podía ocultar su desilusión. La volubilidad del joven que, con mimos y caricias, solía dejar lugar al afecto, se había convertido ahora en una apatía total. En lugar de su desgana infantil de antes, se apreciaba en él el pesimismo amargo del enfermo incurable que no quiere ser consolado y que considera insultante la alegría de los demás. Catalina reparo que el consideraba nuestra compañía más como un castigo que como un placer, y no vaciló en proponer que nos marcháramos. Linton, al oírlo, cayó en una extraña agitación. Miró horrorizado en dirección de las «Cumbres» y- nos rogó que permaneciéramos con él media hora más.
-Yo creo -dijo Cati- que en tu casa te encontrarás mejor que aquí. Hoy no te entretienen mi conversación, ni mis canciones... En estos seis meses te has hecho más formal que yo. Claro que si creyese que eso te divertía, me quedaría contigo con mucho placer.
-Quédate algo más, Cati -dijo el joven-. No digas que estoy mal, ni lo pienses. Es el calor y el bochorno que me abruman. Antes de llegar tú, he andado mucho. No digas al tío que me encuentro mal. Dile que estoy bastante bien. ¿Lo harás?
-Le diré que me lo has dicho así, Linton. Pero no puedo asegurarle que estés bien -dijo, extrañada, la señorita.
-Ven a verme el jueves, Cati -murmuró él, esquivando su mirada-. Y dale muchas gracias al tío por haberte dejado venir. Y, mira... Si encuentras a mi padre, no le digas que he estado taciturno, porque se enfadaría...
-No me importa que se enfade -repuso Cati, creyendo que el enfado sería solamente hacia ella.
-Pero a mí sí -contestó, estremeciéndose, su primo-. No hagas que se enfade conmigo, Cati, porque le temo.
-¿Así que es severo con usted, señorito? -intervine yo- ¿De modo que se ha cansado de ser tolerante?
Linton me miró en silencio. Inclinó la cabeza sobre el pecho y durante diez minutos le oímos suspirar.
Cati se entretenía en coger arándanos y los repartía conmigo, sin ofrecerle a él por no enojarle.
-¿Ha transcurrido ya la media hora, Elena? -me preguntó Cati al oído-. Yo creo que no debemos quedarnos más. Linton se ha dormido y papá nos espera.
-Tenga usted paciencia hasta que se despierte -respondí-. ¡Qué prisa tiene en irse! Tanta como impaciencia tenía usted por encontrarle.
-¿Para qué quería verme Linton? -contestó Catalina-. Yo preferiría que estuviese como antes, a pesar de su mal humor de entonces. Me da la impresión de que me quiere ver únicamente por complacer a su padre.
Y no me agrada venir por complacer a éste. Me alegro de que Linton esté mejor, pero me desagrada que se haya hecho menos afectuoso para conmigo.
-¿Usted cree que está mejor? -pregunté.
-Me parece que sí -respondió-, porque ya sabes cuánto le gustaba exhibir sus sufrimientos. No es que esté tan bien como me ha rogado que diga a papá, pero debe estar mejor.
-A mí me parece, señorita --contesté-, que está mucho peor.
Linton despertó en aquel momento sobresaltado y preguntó si alguien le había llamado por su nombre.
-No -dijo Cati. Debes haberlo soñado. No comprendo cómo puedes dormirte en el campo por la mañana.
-Me pareció oír a mi padre -dijo él-. ¿Estás segura de que no me ha llamado nadie?
-Segura en absoluto -dijo su prima-. Únicamente hablamos Elena y yo acerca de ti. Dime, Linton: ¿Estás en realidad más fuerte que en el invierno? Porque si lo estás, es bien seguro que me quieres menos... Anda, dime: ¿estás mejor?
Linton rompió en lágrimas al contestar.
-Sí...
Y seguía mirando a un lado y a otro, bajo la obsesión de la voz de Heathcliff.
Cati se puso en pie.
-Tenemos que marcharnos -le afirmó- y me voy muy decepcionada. Pero a nadie se lo diré. No te figures que por miedo al señor Heathcliff.
-¡Cállate! -murmuró Linton-. Mira, allí está.
Cogió el brazo de Cati y quiso retenerla, pero ella se soltó presurosamente de él y llamó a Minny, que acudió enseguida.
-El jueves volveré, Linton -gritó-. ¡Adiós! ¡Vamos, Elena!
Y nos fuimos. Él casi no reparó en ello, tanta era la preocupación que le producía la llegada de su padre.
En el camino Cati sintió, en lugar del disgusto que la había invadido, una especie de compasión y sentimiento, combinado con dudas sobre las verdaderas circunstancias mentales y materiales en que se hallaba Linton. Yo participaba de ellas, pero le aconsejé que reservásemos nuestro juicio hasta la siguiente entrevista. El señor nos pidió que le contáramos lo sucedido. Cati se limitó a transmitirle la expresión de la gratitud de su sobrino refiriéndose muy por encima a lo demás. Yo la imité, porque en verdad no sabía qué decir.
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